jueves, 27 de octubre de 2011

El Perdón

Hoy me toco de cerca este tema, en una conversacion con una amiga de este blog, realmente el perdón es un tema recurrente a la hora de hablar de ASI, muchos pensaran ¿PERDON? ¿ES QUE PERDIMOS LA CABEZA? y muchos otros lo veran como algo indispensable, creo que cada uno tiene una forma de verlo, hoy quiero compartir con ustedes la vision de Joan, otro amigo de este blog, y esperar que lo que él nos dice sirva de algo para quien lo necesita.

Matías.


El perdón.

Siempre que hablamos entre mis compañeros sobre la posibilidad de perdonar a nuestro agresor surgen opiniones encontradas. La idea predominante nos conduce a la idea de que el perdón no tiene porque ser una cosa imprescindible en la culminación del proceso curativo. Podemos acceder a la felicidad, y hacerlo con la conciencia tranquila, sin tener que pasar por el “peaje” del Perdón.

En este caso quisiera mojarme. Me cuesta verme rebosante de magnanimidad y otorgando el perdón a mi agresor, como si fuera un rey que nombra caballero a un vasallo de dudoso pasado. Mi nueva realidad descansa y se sustenta en la creencia de que no es necesario perdonar a quien abuso de mi. Hacerlo significaría eximirle, cuando no redimirle, de una culpa que le pertenece por completo. ¿Quién soy yo para liberarle del peso de la culpa?

Yo era un niño. No tenía culpa. Es difícil explicar porque la sentía, y quizá más difícil sea explicar porque la he sentido hasta ahora. En cualquier caso no debo ni quiero exculpar a alguien que sé fehacientemente que es culpable. Negar el perdón no significa odiar ni llevar una vida condicionada por sentimientos negativos que, después de todo, solo perjudican a su portador. Bien me voy a cuidar de no andar lastrado de sentimientos que se vuelvan contra mí. Ya anduve ese camino demasiado tiempo. En la actualidad me inclino a creer que el final de este largo conflicto esta en la indiferencia y la distancia. Uno se aparta de aquello y de aquellos que le dañan o que impiden su evolución, crecimiento y bienestar.

Cuando pones la mano en el fuego y te quemas , no piensas si debes o no debes perdonar al fuego, simplemente te alejas y evitas volver a ponerla. A pesar de la aparente sencillez de muchas de las cosas que nos rodean, hay lecciones que requieren muchos años de aprendizaje.

Siempre tuve la sensación de haber perdido mucho tiempo. Y aún me acompaña en ocasiones. Han sido muchos años de mi vida malogrados, y quizá sea ese el precio pagado por el perdón; un perdón que solo yo merecía. Han sido muchos años antes de empezar a vivir. Y eso es algo que jamás volveré a poner en peligro. Solo el y sus actos podrán hacerle o no merecedor del perdón. Yo no quiero ni tengo nada que hacer al respecto. No volveré a sentir culpa propia por la indignidad ajena.


Joan Montané Lozoya, extracto del libro "Cuando estuvimos muertos"

2 comentarios:

  1. ¿por que pedir perdon?...
    me parece un poco incoherente la idea de que un niño, adolescente o adulto tenga que pedir perdon a quien le ha hecho daño.. quien le tiene que pedir perdon a quien?
    por que sentirse en esa obligacion?por que remediar lo que otro hizo? por que ocultarlo? por que tanta verguenza y represion llovida de arriba?
    el abuso sexual no es sencillamente un error de otro, es un delito.

    Agustina.

    ResponderEliminar
  2. Creo que se refiere a perdonar al agresor, no a que la victima pida perdón, no es una obligación hacerlo, pero es algo en mi opinión terapeuticamente positivo, es una manera de empezar a soltar el dolor que sigue adentro alimentandose del rencor que uno tiene al atacante, El abuso sexual aparte de ser un delito , es algo que marca de por vida a la victima, y si uno se aferra a no perdonar, a no soltar, se aferra al odio, el perdón no implica el olvido, y puede ser algo intimo, no es necesario que el agresor lo sepa, se puede limitar a uno mismo, el perdón es para uno mismo.

    ResponderEliminar